Nuestros Terapeutas
Juntos, lo podemos conseguir
Estudié psicología y al terminar los estudios empecé a trabajar en diversos campos algo alejados de la psicología. La maternidad supuso un punto de inflexión en mi vida, al quedarme embarazada sentí mucha necesidad de apoyo y comencé una terapia desde el modelo PHI, a partir de ahí fui poco a poco acercándome a la profesión de ayuda, al principio sobre todo quise acompañar a mujeres en su maternidad, ya que era lo que más me había impactado a mí. Me fui a vivir desde Madrid a una zona rural más alejada de la ciudad y experimenté una maternidad con apego, participando en proyectos colectivos de educación y otras iniciativas grupales. Tras varios años me acerqué de nuevo a la ciudad y finalmente me decidí a apostar fuerte por esta profesión, formándome en este modelo terapéutico ya que tenía total confianza desde mi experiencia de lo que podía llegar a ayudar a una persona.
La psicoterapia para mí es un proceso, que puede servir de ayuda en momentos de cambio y crisis vitales, así como en situaciones de malestar psíquico continuadas. Brinda un espacio de seguridad y protección donde poder sentirse en confianza. Parto de la idea de que cada persona tiene los recursos necesarios para salir de sus crisis, solo que no los está encontrando o aprovechando, y yo estoy ahí para ser un sostén, un apoyo y acompaño a la persona a encontrar sus propias soluciones y respuestas. La responsable del proceso es el/la paciente. Es quien decide hasta dónde quiere llegar. Yo como psicoterapeuta aporto mi conocimiento y experiencia, las herramientas y técnicas, mi presencia y conexión emocional, mi implicación en la relación, también puedo servir como modelo, y acoger y sostener las emociones que surgen en el proceso.
En las sesiones de terapia me gratifican especialmente los momentos de conexión con la persona que está enfrente: cuando nos miramos a los ojos y se nota la energía emocional sin necesidad de que surjan las palabras. También disfruto esos otros momentos en que gracias a la complicidad y confianza nos reímos juntas y con ganas de cualquier cosa absurda, divertida, o banal que se nos ocurra decir.
En las sesiones trabajo a través de la palabra y de otras técnicas como las simbólicas proyectivas, expresivas… también trato de que se preste atención al cuerpo, y sentir cómo lo que vamos relatando o experimentando con las técnicas se siente en nuestro cuerpo: sentirlo vivo, notar cómo reacciona, cómo se comunica con nosotras…
Me encantaría tener una conversación contigo. Escríbeme, y en menos de 24 horas me pondré en contacto contigo.