mujer mirando al infinito con un paisaje de fondo

La resiliencia: cómo fortalecer nuestra capacidad de superar las adversidades

Todos, en algún momento de nuestra vida, hemos vivido o es posible que experimentemos la sensación de estar frente a un problema, reto o adversidad que nos resulta difícil de superar, sostenido este pensamiento por la convicción personal de no contar con los recursos internos y/o externos suficientes para lograrlo.

Y es aquí donde, precisamente, entra en acción la noción de resiliencia referida a la capacidad de adaptación y de recuperación psicoemocional que una persona desarrolla tras enfrentarse a una situación difícil o problemática, dicho de otro modo, la resiliencia permite al sujeto superar la adversidad (por ej. un accidente, una tragedia, una amenaza, factores de tensión significativamente estresantes, entre otras), pudiendo aprender de ella. 

Esto involucra la puesta en marcha de una actitud positiva frente a este evento, la construcción de una red social de apoyo lo suficientemente sólida, la disposición a aprender de lo inesperado y la práctica del autocuidado.  Esto significa que la resiliencia no aparece de la nada, sino que implica un movimiento personal para su cultivo y mantenimiento. A continuación, te comparto algunos pasos concretos para fortalecerla:

  1. Inicia o profundiza tu proceso de autoconocimiento que te permita identificar como trabajar aquellos aspectos positivos y no positivos de tu persona, potenciando los primeros y procurando transformar los segundos para tu bienestar personal y social.
  • Cultiva una mentalidad positiva, para ello:
  • Reinterpreta las adversidades: En vez de ver los problemas como obstáculos, concéntrate en las posibles soluciones y en las lecciones que ellos te pueden ofrecer para tu crecimiento humano integral.
  • Mantén la esperanza: Involucra la disposición a aceptar que los cambios son inevitables y que éstos pueden ofrecerte la oportunidad de desarrollar tu capacidad de adaptabilidad ante futuros retos.
  • Práctica la gratitud: Agradecer lo bueno que te hado la vida puede contribuir a que mantengas una perspectiva optimista, sacándole partida al evento que estás viviendo. 
  •  Construye una red de apoyo psicoemocional:
  • Busca apoyo emocional: Date el permiso de compartir tus sentimientos y preocupaciones con personas que, además de considerarlas significativas en tu vida (ej. familiares y amigos), cuenten con los recursos esenciales para sostenerte.
  • Acepta ayuda y apoyo: No dudes en pedir ayuda cuando la necesites; está bien no poder con todo. Este apoyo además de fortalecer tu resiliencia puede contribuir significativamente a tu salud mental; conviene que esta ayuda la recibas de parte de un profesional cualificado en este campo.
  • Conecta con otros: Procura participar en actividades sociales y busca conectar con personas que compartan tus sueños e intereses. 
  • Aprende de tus experiencias reflexionando sobre tus desaciertos, aceptando que el fracaso no es el fin sino un tropiezo en el camino y buscando la inspiración en otras personas que han superado dificultades semejantes a las tuyas; aprende de sus estrategias.  
  • Practica el autocuidado que tiene que ver, entre otras cosas, con: a) priorizar el descanso, la alimentación sana, el ejercicio y las actividades que te relajen y te hagan sentir bien; b) aprender a canalizar tus emociones y gestionar el estrés a través de técnicas de relajación, meditación o respiración profunda; c) establecer límites en tus relaciones, aprendiendo a decir no para evitar el agotamiento. 
  • Enfócate en el futuro, para lo cual:
  1. Establece metas realistas: Establece metas realizables, dividiéndolas en períodos (de corto, mediano y largo plazo) a fin de mantenerte motivado y de prevenir la frustración.
  2. Se proactivo: Evita tomar una actitud pasiva ante las adversidades, busca posibles soluciones y toma las medidas necesarias para superarlas.

En nuestro modelo de psicoterapia humanista integrativa, partimos de la premisa de cada ser humano posee el potencial para alcanzar las metas que se propone, especialmente, cuando además de identificar sus necesidades se coloca en camino para atenderlas.

Te animo a dar este paso de fortalecimiento de tu resiliencia. Recuerda que nos estás sol@, podemos acompañarte en tu camino, por más difícil y pedregoso que parezca, con la confianza de que existe la probabilidad de un dulce rocío tras el paso de una agria tormenta.  

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