Gran parte de nuestra consciencia relacional es saber cómo el pasado viaja con nosotros. A veces el pasado aparece en nuestro presente, en como las primeras experiencias dan forma a nuestra vida hoy en día. Estas primeras experiencias que pudieron ser dolorosas y/o complicadas nos han creado inconvenientes sobre lo que podemos sentir actualmente. Como al conectar estos puntos del pasado con el presente, podemos comenzar a acceder a partes que nosotros mismos por mucho tiempo hemos evadido o incluso desconocemos. A medida que nos vamos conociendo, vamos creando nuevas formas de relacionarnos. ¡Cuando realizamos el trabajo profundo de conocernos creamos nuevas posibilidades de vida!
La consciencia relacional está ligada a tu niño interior, la versión “más pequeña” que vive dentro de ti, esa que corre el riesgo de activarse constantemente en cualquiera de tus relaciones ya sea con un jefe, un amigo, pero especialmente en tus relaciones de pareja.
Unos de los principios fundamentales de la consciencia relacional es que el “YO” es precisamente eso “relacional” y es a través de estos vínculos que nos conocemos. Es dentro del sistema familiar que crecimos, donde por primera vez presenciamos y experimentamos el Amor. Cuando niños aprendimos de nuestros padres o de quienes nos cuidaban sobre el comportamiento y las emociones, de ellos recibimos mensajes tanto positivos como negativos que han impactado la manera en cómo entendemos e interactuamos en las relaciones de hoy en día. Las experiencias vividas en los primeros años de vida te han llevado a formar un conjunto de creencias, miedos, anhelos y expectativas que has ido incorporando a tus relaciones actuales basadas en lo que observaste que sucedía y en las experiencias vividas.
De lo observado, podemos destacar como los adultos se hablaban entre sí, la manera de relacionarse entre ellos, si había expresiones de cariño verbales o físicas, o por el contrario eran inexistentes. El trato que se te daba si era diferente porque fueras un niño o una niña, el manejo de las emociones. De las experiencias vividas resaltamos, lo que se te permitió o no pedir y en qué circunstancias. Los sentimientos que fueron celebrados, permitidos, o inclusive prohibidos. Además, si hubo castigos, elogios, como se debía ser o actuar en función del sexo y género. El tener la oportunidad de explorar estas características, nos lleva a tener un mayor entendimiento de las fortalezas, preferencias, intereses, o incluso de los prejuicios con los que nos en conducimos nuestras vidas.
La familia Como Sistema
Una familia es un sistema, un conjunto de individuos interconectados e interdependientes. Dentro de este sistema, se crean vínculos y dinámicas que emergen entre las personas, que cambian tanto al sistema como tal y a cada uno de manera individual. Como en cualquier otro sistema, prevalece el equilibro u homeostasis, pues también sucede con el sistema familiar. El equilibrio o la homeóstasis es un proceso de autorregulación que ayuda a que el sistema mantenga una estabilidad mientras se adapta a las condiciones externas y cambiantes como tal. En este caso, la familia mantiene este equilibrio a través de reglas, roles y expectativas. El objetivo primordial de la familia es permanecer juntos y crear estabilidad. Cuando un sistema familiar está pasando por dificultades, creará proximidad para que prevalezca la estabilidad familiar por cualquier medio necesario, e inclusive a cualquier costo.
Un sistema familiar necesita adaptarse, no sólo a un contexto cambiante, sino también a las evoluciones que ocurren con el tiempo. Cuando los bebes van creciendo, hay nuevos desafíos en la crianza hacia ellos a los que los padres deberían de irse adaptando. A veces, hay buenas relaciones entre padres e hijos que con el tiempo cambian y pueden crear dificultades en sus dinámicas y vínculos. En ocasiones, hay hijos que realizan cosas que sus padres no tuvieron libertad para hacer cuando tenían sus mismas edades o los padres tienen miedo de que sus hijos pasen por situaciones traumáticas que ellos vivieron. Cabe mencionar, que un sistema familiar sano, no es ni caótico ni riguroso. Al contrario, es un sistema familiar donde prevalece la coherencia, todo lo que sucede tiene sentido. Es adaptativo, las reglas cambian con el tiempo y en diferentes contextos. Hay flexibilidad, pueden presentarte diferentes maneras de ser, actuares y esto no te excluye del sistema, además, que te sientes perteneciente a el. Hay estabilidad y constancia en las relaciones.
Según el Dr. Dan Siegel, médico psiquiatra estadounidense experto en el estudio de como las interacciones familiares y las experiencias de apego influyen en las emociones, el comportamiento, la memoria autobiográfica y la narrativa del individuo, expone que el niño en un sistema familiar sano debe sentirse visto, seguro, tranquilo y protegido por sus padres o cuidadores primarios.
Cuando el equilibrio del sistema familiar está en peligro o presenta dificultades, los hijos se convierten en quienes los Adultos necesitan que sean, para que esta estabilidad se mantenga. El Dr. Gabor Mate, médico canadiense experto en trauma expone que nuestra versión infantil cambia la autenticidad, para seguir perteneciendo al sistema, ¿Por qué? ¡Porque la necesidad de seguridad está por encima de todo lo demás! Los niños dependen totalmente de sus padres o cuidadores y necesitan hacer todo lo posible para garantizar la seguridad y sobrevivir dentro de este sistema.
Los Roles Como Patrones Relacionales
Como ya vimos anteriormente, el equilibrio familiar sigue siendo primordial aun y cuando el sistema familiar este pasando dificultades. Para mantener este equilibrio, a los miembros de la familia se les asigna un rol (funciones que le son atribuidas a una persona para que se comporte de acuerdo con unas pautas y en base a unas expectativas) de modo inconsciente. Los roles limitan la plena expresión y a través de ellos se intenta hacer las cosas más fáciles para reducir la complejidad y crear estabilidad dentro del sistema. En una familia, podemos encontrar diferentes roles. Estos roles son desempeñados tanto de manera consciente como inconsciente, y a menudo están influenciados por las expectativas culturales, las dinámicas familiares y las necesidades individuales y del propio sistema. Así, como ejemplo, en la siguiente tabla podemos encontrar algunos roles familiares que son muy significativos para que el equilibrio del sistema familiar siga prevaleciendo
Rol asumido en la infancia | Función del Rol | Beneficio adquirido del Rol | Desafío del Rol en la adultez |
El hijo perfecto | Demostrar que la familia está bien. | Rendimiento, competencia | Espera mucho de los demás y de sí mismo, es perfeccionista, tiende al control de las situaciones. |
El hijo fácil | Reducir el estrés de las personas importantes dentro del sistema familiar | Flexibilidad, adaptabilidad, independencia. | Tiene dificultad para ser vulnerable y pedir ayuda. Evade las dificultades y las confrontaciones. |
El hijo proveedor | Organizar a la familia en torno a un objetivo común. | Autodefensa, resiliencia | Dependiente de los demás, dificultad para valerse por sí mismo. |
El hijo mediador | Crea unidad familiar | Compasión, protección, colaboración. | Ira reprimida, dificultad para identificar sus propias emociones. |
El hijo confidente | Empatizar con los desafíos que enfrentan los adultos | Empatía, paciencia, gentileza. | Presenta dificultad en poner límites a los demás, necesidad de ser necesitado. Incomodo con las confrontaciones. |
El hijo rebelde | Dice lo que nadie más dice, hace lo que nadie más hará. | Coraje, justicia, liderazgo. | Conflictivo, desafiante, dificultad para conectar por la necesidad de ser diferente. |
Hay que reconocer que el desempeñar uno de estos roles ha tenido un costo emocional y relacional a lo largo de nuestras vidas. Las dinámicas familiares desempeñan un papel central en la formación de nuestra personalidad, nuestras relaciones y nuestras decisiones. Como seres sociales, nuestras experiencias familiares influyen en cómo nos relacionamos con el mundo y con nosotros mismos. Por supuesto, tener la oportunidad de identificarlo, es un primer gran paso que te ayuda a entender y a la vez te desenreda de quién necesitabas ser para poder reivindicarte y aceptar quién quieres ser y cómo quieres actuar en la actualidad. Reconocer el progreso que has logrado al auscultar tu pasado, honrándolo y agradeciéndolo, es una manera de decidir cómo quieres amar y quien quieres ser, en vez de que sea impuesto, como una manera de mantener el equilibrio familiar al que perteneces.
Ahora que ya estas dejando emerger esa sabiduría interna que reside en ti, eres libre para escribir tu propia historia. La única persona que puede darse permiso e invitar a sanar su niño interior eres tú. Siéntete orgulloso de la introspección que estes llevando a cabo, la desventaja de no abordar los patrones intergeneracionales es que continuarán, y te seguirán generando un desgaste que te impide ocupar el lugar en la vida y en el mundo y, por consiguiente, asumir y responsabilizarte de tu propia vida. Tomar consciencia de ello, es un paso importantísimo para comenzar a trabajarlo y ocupar ese lugar que tanto anhelas.
Desde la Terapia Humanista Integrativa se trabaja la identificación de patrones que te ayudaran a establecer un orden más saludable que promueva la armonía y el bienestar en ti. Esta es una invitación a bucear en tus profundidades, ponerte en contacto con tus recursos y encontrar tus propias respuestas y soluciones para que reconozcas tu propio potencial.